El trabajo desde el teatro playback [1] consiste en representar una historia. Hasta aquí, no difiere mucho de otros tipos de teatro. Lo específico de éste es que tenemos al narrador delante, es decir, una persona que comparte una historia (que en ocasiones es la suya propia). Este narrador se queda cerca del espacio escénico y el grupo de actores realiza una puesta en escena escenificando la historia contada. El público pues, puede ver y sentir la historia contada para luego volver a ver y sentir la historia experimentada.
Esto genera un diálogo entre los presentes en distintos niveles. El espacio ocupado que en ese momento acoge a los participantes se llena de simbología, sonidos, música, palabras, silencios, expresiones, risas, asombro, miedo, rabia, y un sinfín de emociones. Toda esa experiencia que cada uno va viviendo de manera distinta y desde roles que a veces se intercambian (como pasar de ser público a ser narrador) puede producir una apertura de miras, una posible nueva visión sobre un tema concreto.
Tanto el escuchar como el ver después la propuesta de los actores sobre la historia despierta la memoria de muchos participantes traduciéndose en nuevas representaciones a compartir.
En esta interacción se crea una conexión de cada uno con cada uno y a la vez con el resto de participantes. Es una puerta que se abre en el inconsciente que al ver desenvuelto el ámbito del imaginario guardado en la memoria pasa a la acción permitiendo observar, sentir desde otra perspectiva. Es como una semilla, una nueva posibilidad.
Para que todo esto se cree de una manera sensible y responsable es muy importante la formación de los actores que realizan la puesta en escena. Son el vehículo complementario al narrador que hace de lo inconsciente algo consciente, los encargados de convertir símbolos en acción.
En las sesiones de formación de teatro playback se trabaja sobre todo la escucha y las distintas maneras de escenificar aquello importante, tanto da si ha sido dicho a través de la palabra o del silencio. Aprender a escuchar con el cuerpo también, como actores poder reconocer las sensaciones que esa historia está dejando en nosotros para poder transmitir con todas las herramientas que las artes escénicas ofrecen. Se elabora la capacidad de transmitir lo esencial de la historia recibida de manera responsable y delicada. Es una manera coral de expresión en el que todos trabajan juntos para contar la historia de la mejor manera posible.
En las sesiones de preparación investigamos sobre distintos temas que el grupo solicita y de esta investigación buscamos conocer el tema a nivel consciente pero también dejar salir lo que de nuestros inconscientes aflora y darle un espacio en la creación escénica, que nos sirva como base, como fundamento para ir mejor preparados a escuchar las historias de los otros, puesto que hemos sido capaces de escuchar y escenificar las nuestras.
[1]Para más información podéis visitar el blog de Jo Salas, una de las cofundadoras de esta experiencia teatral: http://josalas.com